“LA BICICLETA” por
Melissa Meléndez
Madrid 01 septiembre de 2012, era un día
caluroso, estaba en mi trabajo de verano como “socorrista”, cuando de repente recibí
una llamada de mi novio, me quería comentar que había visto una oferta muy,
pero que muy buena por internet, de venta de una bicicleta. Al principio cuando
me conto todo sobre ella, me puse a meditar y pensé, -porque no- siempre me han
gustado las bicicletas y desde que tengo uso de razón he tenido una. Por otro
lado me venia muy bien, ya que no podía seguir inscrita en el gimnasio, por
razones de horario y de dinero, pues pensé -Aquí esta mi solución, con una
bicicleta podre hacer ejercicio y de paso poner a funcionar mis neuronas-. Valore
esa dos razones, las cuales me parecieron muy razonables y para ser sincera me embriago la idea de tener una
bicicleta.
6:00 PM de la tarde, llego a casa y por
supuesto Borja ya se me había adelantado. Entre y le salude:
-Hola
cielo, ¿Cómo estuvo tu día de trabajo?
- Pues
muy tranquilo - dice Borja-
- ¡Que
bien por ti¡ Sabes, lo he estado pensando y la oferta de la bicicleta esta genial.
Hasta ahí quedo la conversación por el
momento, ya que la idea revoloteaba en mi cabeza. No me quede tranquila, ya que
percibía que Borja ya no le hacia tanta gracia, y yo ya sabia el porqué, (el
espacio que ocuparía, el miedo ó terror que le daba verme en pleno Madrid,
montada en un bicicleta). En fin fui al cuarto, agarre mi portátil y me puse a
ver bicicletas en la página del Corte Ingles, porque mi informante; Borja, me
comunico que la oferta de la bicicleta estaba cerrada. Pensé - esto no se queda
así, porque ya estoy ilusionada con la idea ¡No es justo! -. Revisando un poco,
vi unas muy bonitas, pero muy caras, de repente vi una que solo puede decir
“wow”. Era Blanca, grande, perfecta para mí. Así que Salí del cuarto y dije:
-Borja,
quiero esta bicicleta
- Esa
Bicicleta es muy grande – seguidamente pregunto- ¿Qué vas a querer de cenar?
–Borja,
creo que todavía no lo tengo muy claro… será atún- pero no le dejaría que me
desviara el tema -Hey Borja no me cambies el tema.
- Aja, prosigue,
te estoy escuchando.- dijo Borja.
-Que
estoy decidida, mírale el lado positivo, podre hacer ejercicio sin necesidad de
pagar gimnasio, me ayudara a poner mis neuronas a funcionar y mi cuerpo a
ejercitar- así proseguí con mi discurso,
cerrándolo con una frase infalible y muy importante para el- … y es plegable.
- ¡Que
cabezota eres¡ Esta bien la miraremos - dijo Borja.
Al día siguiente, por la tarde fuimos a la
tienda “solo” para ver la bicicleta- para el- porque yo ya tenia la intención
de comprarla, cuando llegamos al Corte Ingles de Goya no había precisamente,
ese modelo, esa bicicleta y solo paso por mi cabeza- esto es cuestión de mala
suerte- pero el vendedor que a mi parecer “no estaba entusiasmado por hacer una
venta”- lo digo por la forma en que trato el asunto, solo dijo -en el Corte Ingles
de Méndez Álvaro queda un modelo- . Nos fuimos rápidamente hacia la tienda.
Cuando llegamos y pose mis ojos en ella, hay si que caí “fall in love” por
ella.
Cuando Borja la vio solo dijo: ¡Melissa esa
bicicleta es muy grande¡.
- AJA-
solo dije eso, estaba encantada- .
- Echa otro vistazo y elige otra mas pequeña -
Borja.
- Por
supuesto – medí el beneficio de la duda-pero no veo otra tan resistente como esta.
-¡Que locura¡
Pero si ya lo tienes tan claro, pues llévatela ya -Borja-.
Pues así fue, compramos la bicicleta. Ya
la tenia, ahora si podría salir a pasear un poco. Solo pensaba en lo divertido
que seria. Al día siguiente iríamos a un parque cercano a mi casa para que yo
montara un rato. Por supuesto, Borja seguía nervioso por el simple hecho de verme
montada en la bicicleta y los riesgos que podría traer.- En cierta forma
tampoco le quitaba la razón-, hasta me compro un casco azul, ¡madre mía¡ me
sentía ridícula, no estaba acostumbrada, aunque si muy protegida.
Cuando al fin llegamos al parque y me monte
en ella, Borja dijo- pues dale a la bicicleta, vete a dar una vuelta pero eso
si ¡ten cuidado con las marchas¡ y no te disperses, a lo que yo le conteste- ¿
que quieres decir con “dispersarme”?, seguidamente, él medio su respuesta- es
un adjetivo, en pocas palabras es que
“pones poca atención”; por lo tanto ¡concéntrate!, no te vayas a llevar
a alguien por delante. Arranqué con ella y por primera vez en mucho tiempo,
sentí como las nubes se disipaban como pájaros a la mar y pude experimentar la
libertad que produce el movimiento. Mientras paseaba y veía lo bonito del
paisaje, los arboles, la fuente, vino a mi mente una frase muy significativa
para mi de un gran poeta.
“Algo
bello es un goce perpetuo, su hermosura crece y jamás cae en la nada” (John keats).
Fin
No hay comentarios:
Publicar un comentario