UN DÍA DE INVIERNO
por Melissa Meléndez
Esta historia comienza así. Era una noche
de Enero, blanca y fría noche de invierno en la Plaza Mayor de Madrid, en ella
se encontraban un grupo de chicos celebrando un gran día, “su graduación” entre
charlas de grupo y abrazos de borrachera, se encontraba Elisa y Terry. Elisa
estaba un poco apartada del grupo , esperando a su compañera de cuarto –Patricia-
para poder irse a su piso, de repente Terry, borracho y vacilante, la observo y
reparo en que era una chica muy bonita aunque un poco peculiar , en la cual
nunca había reparado o prestado atención, así que se acercó a ella y dijo:
-Oye
creo que nunca nos han presentado -dijo Terry-
-Creo
que si -dijo Elisa-.
-Pues
hombre, lo siento -dijo Terry- ¿Cuando nos han presentado? Porque no me
acuerdo…
-Pues
te colaste en una fiesta celebrada en mi piso, me empujaste y de paso por tu
culpa derrame todo mi vino en mi falda y me llamaste Elena -dijo Elisa-.
-Pues
vaya, vaya lo siento mucho -dijo Terry-.
-No para
nada fuiste todo un encanto -respondió Elisa con cierta ironía-.
-Bueno
como te llamas, -dijo Terry un poco apenado-.
-Me
llamo Elisa Zamora- enfatizó ella con una sonrisa y alargándole la mano - estaba
contenta y pensó - ¡Por fin ¡ Hurra¡-.
-Yo me
llamo Terry Rial- tambaleo un poco y dijo con cierta picardía- Bueno Elisa, si
quieres podemos ir a mi piso… y seguir la fiesta. Mis padres no llegaran hasta
mañana, así que podemos hablar a la luz del alba, claro si te apetece.
Elisa dudo un poco, se sentía inquieta,
insegura, pero con muchas ganas de ir- a lo cual respondió- pues bueno ¿porque
no? .Mientras patricia se quedaba muy embelesada con uno de los amigo de Terry;
Elisa y Terry se agarraron de la mano y fueron corriendo por toda la plaza
cuesta abajo, el viento frío rozaba sus caras y ellos disfrutaban de aquella
extraña pero dulce sensación. Mientras corrían, se abrazaban y se reían, se
podría decir que era una extraña
conexión, sin la necesidad de hablar.
Cuando al fin llegaron al piso de los
padres de Terry (por la Puerta del Sol), Terry se dirigió hasta Elisa- Pues
aquí es- , un poco jadeante y apoyándose en sus rodillas, respiro hondo, pero al
dirigir la mirada hacia delante, pudo observar que delante de ellos había un
coche negro, grande, clásico y dijo -¡mierda son mis padres ¡-. Los padres de
Terry se bajaron del coche, dirigiéndose hacia ellos, Terry dirigió una mirada
de vergüenza hacia Elisa.
- Son
mis padres Elisa lo siento muchísimo, por dios, por dios no los esperaba, se
adelantaron -Dijo Terry-.
-No
pasa nada Terry – dijo Elisa- pero por dentro sintió una débil decepción.
Los
padres de Terry se acercaron y saludaron a su hijo, la madre de este le dio un
tierno beso.
-Vaya
no los esperaba a esta hora -dijo Terry-.
-Es que
queríamos darte una sorpresa -contesto su madre-.
- Y lo
hemos hecho…. -Dijo su padre-.
Bueno mama y papa aquí les presento a
Elisa, -a lo que Elisa respondió- mucho gusto, encantada. Soy Elisa Zamora,
bueno en fin me voy. La madre de Terry dirigiéndose a ella muy amablemente la
invito a que se quedara con ellos a tomarse un café. A lo cual Elisa contesto,
-no muchas gracias debo de irme a casa- y dirigiéndose hacia Terry mirándole a
los ojos le dijo – bueno que tengas suerte en la vida- un poco nerviosa dio la
vuelta y cogió hacia la derecha, pero pensó- la estas fastidiando es hacia la
izquierda, concéntrate- así que dio la vuelta, muy apenada, sonriendo a sus observadores
y se marcho.
Mientras Elisa caminaba cuesta arriba por
unas callejuelas hacia la Plaza de Sol, se sentía triste y con un sabor de
desilusión, porque por primera ves, podía haber estado “aunque fuera un breve
instante”, con el chico que siempre le había gustado, en toda su carrera
universitaria. Así que con la cabeza gacha y pensando- más de lo mismo Elisa-
escucho unas pisadas de zapatos de suela, por las frías calles de Madrid, su
corazón se aceleró y pensó- no, no puede ser el- y en breve escucho su nombre.
-Ey Elisa
espera, espera -dijo Terry-.
-Si
dime… -Se volteo Elisa con cierto nerviosismo-.
-Mira,
vaya, pues… he pensado que no tengo tu número de teléfono y si me lo quieres
dar, pues hombre podríamos estar comunicados, digo yo, no se…. -Dijo Terry-.
-Vaya,
pues claro ¿Por qué no?-¡por fin¡ estoy en racha hoy – pensó por dentro.
-Vale
genial, tienes una libreta donde anotarlo -dijo Terry-.
- Si
claro papel y boli, en mi mochila tengo
- mierda papel y boli, rápido, rápido no la fastidies- ¡aquí esta¡ ¡lo
conseguí!,- pero contrólate Elisa que estas haciendo el tonto-. Te anotare el
numero de teléfono de mi casa, de mi móvil, también puedo darte el numero….
-No con
esos esta bien Elisa -dijo Terry-.
En ese momento hubo un gran silencio entre
los dos, se miraron, él puso suavemente su mano sobre la nuca, a la vez que
ella le ponía suavemente la suya sobre la espalda de él, y se dieron un beso,
en pleno Centro de Madrid, rodeados de gente, apresurados por ir al trabajo ó
por volver a casa, bajo la niebla del frío y a la vez nostálgico invierno, y
así seria para ambos el beso mas dulce y tierno de toda su vida.
-Bueno
me tengo que ir -dijo Terry- caminando hacia atrás.
Lo se -
dijo Elisa con cierta ternura-.
- Ey,
Pero nos volveremos a ver -dijo Terry-.
-Estoy
segura, ¡sé que si¡- dijo Elisa-.
-Adiós
Elisa.
-Adiós
Terry.
Empieza
todo aquí Y termina hoy.
Fin
No hay comentarios:
Publicar un comentario